¿Qué el Placer?

El placer es un concepto escurridizo que se ha intentado atrapar en mil definiciones.

Placer, como tal, es disfrutar de algo, siendo ese algo, persona, incluyendo a uno mismo, cosa o situación.

En sentido negativo, diríamos que el placer es todo lo contrario al sufrimiento y al dolor. El placer se busca y el dolor se evita. 

 

¿Y qué es entonces el sadomasoquismo?

Como vemos, las definiciones estáticas y dogmáticas son insatisfactorias porque hay lugares comunes en los que placer y dolor cohabitan como amigos de toda la vida.

Medio en broma y medio en serio, algunos tratadistas afirman que los tres placeres básicos son comer, defecar y fornicar. Y que más allá de este podio no hay más que literatura y palabras huecas.

Placer y felicidad

Lo que sí parece ser es que el placer está íntimamente relacionado con la felicidad, la alegría y el bienestar personal. No obstante, incluso esta simple relación plantea serias dudas e inconvenientes: ¿qué es la felicidad?, ¿qué es la alegría?, ¿qué es el bienestar? Dejémoslo ahí y si tenemos un rato ensayemos respuestas filosóficas a solas con nosotros mismos.

Tipos de Placer

Es habitual hablar de diferentes tipos de placer: estético, físico, psíquico, intelectual, espiritual, lúdico, emocional, sentimental… La lista sería interminable.

La ciencia afirma que en todo proceso de placer general se activan algunas hormonas muy concretas: noradrenalina, dopamina, endorfinas, serotonina y oxitocina. Si la ciencia lo dice, será verdad.

El placer sexual

Se siente o percibe con los cinco sentidos a partir de la libido o deseo sexual. Su máxima expresión es el orgasmo aunque personas anorgásmicas también alcanzan sensaciones de similar naturaleza. El orgasmo sobreviene o no: no es el destino final ineludible de todo placer sexual.

Dicen que la libido es una energía psíquica especial que busca lo opuesto y complementario. Esta definición conlleva serias dificultades. Cuando uno mismo se da placer, ¿dónde reside lo complementario u opuesto a mí mismo/a?

En el interés sexual o erótico intervienen factores de diversa índole: culturales, genéticos y psicológicos o mentales.

Incluso hay personas, en diferentes grados, que se autodefinen como asexuales, pero que sí sienten atracción emocional o afectiva por terceras personas.

La complejidad del placer sexual salta a la vista. No cabe en un concepto inflexible o en una definición de validez universal.

Eso sí, amor y sexo no siempre van unidos, pudiendo expresarse cada cual a su libre albedrío.

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