Sexo y Tercera Edad
Resumen del contenido
Personas Mayores y el sexo
Resulta obvio señalar que el proceso de envejecer (apertura a una nueva normalidad) conlleva cambios físicos evidentes que condicionan el deseo sexual y la frecuencia en las relacione eróticas.
En las personas con vulva:
Las respuesta sexuales son más lentas
Aumenta el tiempo de recupreación entre coitos
Las penetraciones pueden causar dolor
Más dificultades para alcanzar el orgasmo
Se lubrica de modo insuficiente (sequedad vaginal)
Y en las personas con pene:
Baja la producción de espermatozoides y semen
Se reduce el tamaño de los testículos
La excitación sexual es más lenta
Las erecciones son menos firmes
Los orgasmos duran menos y son de menor intensidad
El tiempo de recuperación es mayor
La aparición de varias enfermedades y patologías inciden de forma negativa en una actividad sexual sana, saludable y regular, tales como:
Funcionamiento deficiente de la próstata
Trastornos neurológicos y psíquicos o mentales
Artrosis y artritis
Osteoporosis
Enfermedades cardiacas
Estados depresivos o de ansiedad
Diabetes
Tensión arterial alta
Incontinencia urinaria
Los tratamientos farmacológicos e intervenciones quirúrgicas también ocasionan disfunciones sexuales de todo tipo:
Anorgasmia (no llegar al orgasmo)
Sequedad de la vagina
Disfunción eréctil
Ausencia de apetito sexual
No obstante lo apuntado, estos impedimentos pueden ser controlados con eficacia siguiendo algunas pautas saludables:
Evitando el aislamiento y la pasividad
Manteniendo una dieta sana
Teniendo una actividad social intensa
Erradicando el hábito al tabaco y eliminando el consumo de alcohol
Realizando ejercicio físico a diario
Sexo y vejez no son incompatibles.
Beneficios de una sexualidad sana en personas mayores
Reduce el estrés
Mejora la autoestima
Disminuye el riesgo de hipertensión
Reduce la aparición de enfermedades relacionadas con la piel, el corazón y la próstata
Sexo y vejez: prácticas más habituales
Las prácticas más habituales son, por este orden, besos, caricias y penetración vaginal. Sexo oral y mastutbación tienen una incidencia mucho menor.
Los datos son coincidentes con sondeos realizados en EEUU y otros países occidentales.